Amada mía:
En realidad no te regalé nada nuevo, pues desde hace mucho tiempo que mi vida te pertenece, sólo que tuve unos deseos tremendos de decirte lo mucho que te amo y por eso me atreví a escribirte, pensando que de esta forma me retroalimento de ti.
Decirte que te amo no me cuesta absolutamente nada, por el contrario, me reconforta poder expresarlo, porque sé que no son palabras que se pierden en el aire, sino un mensaje que tiene en ti el mejor receptor que puede haber en este planeta y que desde hace tiempo comparte conmigo su vida.
Expresarte mis sentimientos ya me resulta imperioso, pues no decirte que te amo por lo menos una vez al día es como privarme de respirar y cortarme así la vida, una vida que te pertenece por completo y que has logrado aprisionar de una manera maravillosa.
Por eso, decirte te amo es sólo una correspondencia a lo mucho que tu me das, entre otras muchas cosas, esa dulce frase que sale por tus labios desde el fondo de tu corazón y que se reduce a tan sólo dos palabras: Te amo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario